Madre Encarcelada

Lidieth, de 45 años de edad y con cuatro hijos, cuenta que fue arrestada por vender desde su vivienda pequeñas cantidades de crack y cocaína para mantener a su familia. Dos de sus hijos adultos fueron involucrados en el negocio familiar y enviados también a prisión. Incluso desde la prisión, Lidieth continúa cuidando a sus dos hijos menores, y ella cree que la más pequeña está siendo sometida a abusos en la casa donde vive. Lidieth actualmente cumple una sentencia de cinco años y cuatro meses, por declararse culpable de forma anticipada. 

Sentencia: 5 años y 4 meses por vender pequeñas cantidades de drogas desde su casa.

Lidieth, de 45 años, es una madre soltera. Dice que vendía cocaína y crack desde su vivienda para mantener a sus hijos.

Su hijo e hija mayor, de 24 y 20 años, están en prisión por haber quedado implicados con su madre. El tercer hijo, quien era menor de edad cuando sucedieron los hechos, tuvo que ir a vivir con un vecino después de la detención de su madre.

La hija más chica de Lidieth tiene cinco años y actualmente vive con su padre y con la novia de éste.

“Yo fui la del delito. Involucré a mis hijos y quería que la sentencia me la dieran a mi por ellos. Pero jamás, eso no se podía”.

Lidieth espero un año entero para su juicio. Dice que cuando la policía finalmente vino a arrestarla, lo hizo a toda fuerza.

“Llegaron a mi casa… derribaron puertas… y yo tenía a mi hija conmigo. Ella dijo algo que nunca se me va a olvidar: ‘Mami, nos van a matar’. Fue una experiencia que le pido a mi Señor [que] nunca tenga que volver a pasar en mi vida”. 

Incluso desde la cárcel, Lidieth está tratando desesperadamente de cuidar a sus hijos. Ella usa su limitado acceso a llamadas telefónicas para enseñarle a su hijo a cocinar.

“Anótele, decía yo, en un cuaderno. Así aprendió. No sabía hacer ni un arroz. Nada. Ni huevo. Yo todo se lo enseñé así. Por teléfono”. 

La hija menor de Lidieth, de cinco años, vive con su padre, la novia de éste, y el hijo de ella. A Lidieth eso le preocupa mucho y ha solicitado a agencias sociales intervenir para salvaguardar la seguridad de su hija.

“Empecé a decirle al papá que este niño viene por las noches y toca a mi bebé. Le empecé a decir todo lo que m hija me decía. Era todo muy malo, y como él no me puso atención me vine aquí a trabajo social”. 

Zhuyem Molina es una Defensora Pública Supervisora de la Dirección de la Defensa Pública encargada de la Unidad de Género Penal. Ha sido defensora pública por 15 años, y aunque ella no ha sido involucrada en el caso de Lidieth, en los últimos cinco años ha dado seguimiento a muchos casos de mujeres en conflicto con la ley penal.

“En el Buen Pastor, durante los días de visita, el personal penitenciario tiene que cocinar más porque las privadas reservan comida para dar a sus hijos. Siguen estando detenidas, pero continúan sosteniendo a sus familias. […] Esa es la diferencia del encarcelamiento femenino”. 

Esta serie de fotos fue creada por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) con el apoyo del Open Society Foundations.

Entrevista por

Luz Piedad Caicedo, Sergio Chaparro, Zhuvem Molina, and Coletta Youngers

Asistencia Editorial

Kathy Gille, Kristel Muciño, and Coletta Youngers

Agradecimientos Especiales a

Adam Schaffer